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BASE DE MAQUILLAJE VS CORRECTOR Cuándo y cómo usar cada uno de ellos

Te contamos cómo, dónde y en qué momento aplicar base de maquillaje o corrector para que tu makeup quede muy pro.


Muchos son los que alaban las bondades del corrector, pero no tanto las de la base, y viceversa, aunque los profesionales del sector saben que hay diferencia entre los beneficios individuales de cada uno de ellos dos. Ambos son productos que pueden funcionar tanto por separado como juntos, siempre y cuando se elija la opción correcta y se apliquen de la manera adecuada para que el resultado sea lo más natural posible.


Por regla general, la función de una base de maquillaje es embellecer la piel y unificar el color y suelen tener una cobertura más ligera, mientras que los correctores tienen más concentración de pigmento y, por lo tanto, más cobertura y van a aplicarse con mesura allí donde sea necesario.


Todo sobre la BASE

Aunque a priori parezca algo sencillo, dar con la base de maquillaje inmejorable requiere su tiempo. No solo hay que encontrar el tono perfecto, que se funda a la perfección con nuestro color de piel, sino que también es necesario optar por una fórmula que se adapte a nuestras necesidades cutáneas, así como una textura que nos guste.


El tono adecuado: Haz varias pruebas con tonos diferentes en distintas partes de rostro, cuello y escote para descubrir cuál de ellos se adapta bien a todas las variantes de color que podemos tener en las diferentes áreas cutáneas.



La fórmula correcta: Esta depende más del tipo de piel. Si casi no presenta imperfecciones pero está más deshidratada, te gustarán las texturas fluidas, muy hidratantes y con acabados luminosos, mientras que si es mixta o grasa y con más imperfecciones, las opciones más cremosas y cubrientes, e incluso las texturas en polvo por su habilidad de absorción de aceites, te encantarán. 


Cómo aplicarla: Utiliza solo la cantidad mínima y difumínala bien para que el maquillaje sea una extensión de tu propia piel y no la enmascare. Para las bases más densas y para las que requieren de más cobertura, las brochas son la mejor opción; las esponjas van bien para rebajar cobertura y refrescar los fondos de maquillaje y crear algo más de transparencia, y para conseguir la máxima naturalidad y controlar mejor la cantidad de producto, trabajar con las yemas de los dedos es nuestra alternativa preferida.


Todo sobre el CORRECTOR

A priori parece más fácil el hecho de encontrar el corrector milagroso, pero en este caso también hay que tener en cuenta tanto el color de nuestra piel como las imperfecciones que se quieran cubrir (no es lo mismo una ojera que una mancha provocada por el exceso de sol) o el tipo de piel. 


El tono adecuado: Para que el resultado sea natural e imperceptible, este debe coincidir con el tono de piel. Pero si un día quieres aportarle más luminosidad a la mirada, puedes optar por un corrector un punto más claro, pero no más. Y si lo que buscas es jugar con volúmenes y esculpir tu rostro un poquito, puedes aplicarte un corrector que sea un punto más oscuro debajo de los pómulos o en los contornos del rostro. Si tienes ojeras muy profundas, el color melocotón será tu mejor aliado. Si necesitas cubrir manchas, aplica de manera localizada un tono azul y luego cúbrelo con base o con un corrector del mismo tono que tu piel. Y si lo que deseas es suavizar rojeces de mejillas y nariz, el color verde es el indicado para ello.



La fórmula correcta: A pesar de que las hay líquidas, en stick o cremosas, las primeras suelen funcionar muy bien con cualquier tipo de piel. Además, aportan hidratación y son muy fáciles de aplicar.


Cómo aplicarlo: La mejor forma es extenderlo con brocha o con esponja dando suaves golpecitos para que se funda de maravilla con tu piel. Esta técnica no solo te ayudará a obtener un acabado natural e imperceptible, sino que también te permitirá modularlo y tener mayor control sobre la cantidad de producto aplicado.


¿Cuál de los dos se aplica primero?

Evidentemente, ambos productos se pueden usar en el mismo look. Si tu mood del día te inspira para un full makeup, usa la base de maquillaje en todo el rostro. Si querés algo más relajado o dispones de poco tiempo para maquillarte, lo mejor es optar por un corrector del mismo tono de tu piel y realizar microcorrecciones solo en las zonas de tu rostro que lo necesiten. Así que si has decidido optar por este dúo, tú misma observarás qué orden de aplicación le sienta mejor a tu piel, ya que los maquilladores no se suelen poner de acuerdo en esto, pues cada uno de ellos tiene su propia técnica de trabajo.


El orden depende de las correcciones que queramos hacer o incluso de las texturas que vayamos a aplicar antes o después, se podría intercambiar la posición de ambos. Aplicar primero el fondo de maquillaje y observar si con la cobertura de este es suficiente, y en caso de no ser así, compensar con corrector, solo donde sea necesario, para que no haya sobrecarga de producto. O bien puedes comenzar aplicando el corrector de color, luego la base y finalizar con el corrector beige que permite iluminar y así lograr una piel perfecta.



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